19 jul 2009

Noticias de radio

Escuche bien: la radio es el tipo de comunicación menos cuestionado en estos tiempos de tembladerales mediáticos.

Es, por lo menos, lo que se desprende de la lectura del más que interesante libro que compilan Mario Carlón y Carlos A. Scolari, y que escriben con otros especialistas ( El fin de los medios masivos , Buenos Aires, La Crujía Ediciones, 2009). Así, por ejemplo, Sandra Valdettaro dice: "Luego de una historia de más de cuatro siglos, desde hace aproximadamente dos décadas se viene anunciando la muerte de los diarios". Paolo Bertetti, por su parte, habla de la "desmaterialización de la música y el fin de la textualidad discográfica". Y Gustavo Aprea nos confirma que al cine no le va mejor: "Los filmes han perdido el lugar central que habían tenido en un período anterior". ¿Y para qué hablar de la televisión? Carlón anticipa que el televisor será reemplazado por una nueva máquina, "síntesis de la oferta televisiva y de las posibilidades, incluso interactivas, que la computación e Internet han traído", lo que supondrá "poner cierto fin a la era de la emisión centralizada".


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En cambio, en el mismo libro, José Luis Fernández asegura: "No hay augurios de muerte sobre la radio. La gran crisis fue en los sesenta luego del triunfo de la televisión y a partir de allí no ha dejado de adaptarse a los tiempos".

La TV le dio dos mazazos de entrada (la desplazó del lugar reverencial que ocupaba con toda la familia a su alrededor y se apropió de sus dos géneros más queridos, el radioteatro y el show musical en vivo), pero ya nunca más se metió con ella.

Pero superado ese mal trance inicial, la radio se reinventó a sí misma; su consumo se volvió más portátil e individual, y sus contenidos se volvieron más ágiles. Con la FM -hoy, el sistema más escuchado (ver infografía)- logró un salto de calidad en materia de audio, reforzó su perfil informativo y segmentó temáticamente muchos de sus contenidos musicales o de palabra.

Mientras los diarios, el cine y la TV no cesan de autoflagelarse desestabilizando permanentemente sus contenidos, la radio se mantiene fiel a sí misma, con un público muy leal que la sigue sin las defecciones que se registran en aquellos medios.

Desde 1996 (ver gráfico), la audiencia de la AM es relativamente estable, con una leve declinación en los últimos tiempos, en tanto que la FM registra una trepada importante a partir de 2002 y hasta 2007, en que baja un par de puntos y, desde entonces, se mantiene estabilizada. Según Ibope, el tiempo promedio de escucha tiene valores similares desde hace diez años y alcanza casi a las cinco horas diarias.


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Así como en la TV abierta la audiencia se concentra mayoritariamente en dos ondas (Telefé y Canal 13) y en la prensa gráfica los lectores se inclinan especialmente por dos diarios ( Clarín y LA NACION), en la radio AM también el grueso de los oyentes se aglutinan en torno de dos emisoras (la 10 y Mitre).

Mitre fue líder hasta que apareció la 10, que rápidamente la pasó y se distanció de manera ostensible gracias a su coherente programación populista y su extraordinaria potencia. Para colmo, Mitre sufrió las sucesivas muertes de dos puntales de su programación (Adolfo Castelo, el 23 de noviembre de 2004, y Néstor Ibarra, el 3 de enero de 2005) y el éxodo de Magdalena Ruiz Guiñazú, en 2007, hacia Continental (que, con Víctor Hugo Morales, aumenta la audiencia matutina de esa señal).

Después de reacomodarse gerencialmente, una serie de carambolas parecen estar beneficiando a Mitre. La venta de Marcelo Tinelli de Radio del Plata al hiperkirchnerista grupo empresarial Electroingeniería derrumbó la audiencia de esa onda y pagó el costo político de echar, por razones políticas, a Nelson Castro (¿le acaba de pasar otro tanto, pero por tener otras ideas, a Alejandro Apo, en Continental?).

La salida de Chiche Gelblung de la 10 (líder, allí, de la franja vespertina hasta el año pasado) hacia la mañana de Mitre (que empieza a acortar distancia con la radio de Daniel Hadad) y el ingreso de Nelson Castro (que ya es el más escuchado, en la tarde de Mitre) traen significativas novedades al éter porteño: desde hace un año Mitre creció un 43%, mientras que la 10 se encogió en un 20%. "La brecha que en junio 08 era de 27 puntos -dicen desde Mitre- se redujo a 12."

La 10 contraataca: "La radio -consignó en un comunicado- se ubica en el primer puesto en la medición general, con un share del 33,85%".

La inestabilidad en la programación que tuvo Mitre en años anteriores ahora parece afectar a la 10: puso y sacó a Viviana Canosa, movió y devolvió a su horario a Baby Etchecopar y la tarde es un desfile constante de gente (Pablo Duggan, Julio Lagos, Nancy Pazos y ahora Fabián Doman). Como no termina de dar en la tecla, la 10 ya quedó tercera detrás de Un buen momento , el programa que conduce Mariano Closs, por La Red.

En la FM, por su parte, también hay movimientos: recuperó la punta la Rock & Pop y quedaron rezagadas la 100 y Vale.

Mientras la Web puso en jaque a los demás medios, "la radio salió muy beneficiada de la nueva sinergia entre Internet y la audiencia sedienta de contenido", apunta Al Lieberman en La revolución del marketing del entretenimiento (Buenos Aires, Universidad de Palermo, 2006).

La radio, cuyo alcance era limitado, consigna Al Lieberman, "ahora ofrece una audiencia de oyentes que es verdaderamente global". Mitre ya registra un millón de usuarios únicos mensuales en Cienr adios.com y es la primera emisora disponible en iPhone.

Sin embargo, la radio sigue siendo la Cenicienta de los medios. En efecto, mientras poco más de once mil periódicos que se publican a diario en este planeta se quedan con el 40% del volumen de la publicidad mundial y la TV con otro 38%, la radio, en su conjunto, apenas araña el 8%.

En la Argentina, su participación es un poco mejor: a las arcas radiales sólo va a parar el 10% de los 3900 millones de pesos que se invierten anualmente en la totalidad de los medios de comunicación argentinos y su facturación crece respecto de 2008 por sobre el promedio de los otros medios.

Sin embargo, el fenómeno imparable de las radios comunitarias -según la ANC-UTBA ya hay más de 4000 en todo el país y días pasados la Comisión Nacional de Comunicación decomisó equipos de este tipo de emisoras en Moreno- le come parte de ese exiguo mercado y agrega un factor de desorden que habrá que regularizar.

psirven@lanacion.com.ar

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