5 oct 2011

El carrusel de Louis Vuitton


Foto: REUTERS/Benoit Tessier

Un inmenso carrusel de corceles blancos, cuyas jinetas eran bellas modelos, entre ellas Kate Moss, fue el escenario del hermoso desfile de Louis Vuitton, que puso el miércoles un broche de oro a la Semana de la moda de París.

La propuesta romántica y chic para la primavera-verano 2012 de la casa Vuitton, diseñada por el estadounidense Marc Jacobs, se declinó en tonos pasteles y derrochó flores y plumas de todos los colores, evocando la femineidad de los años ’50 y ’60.

El carrusel “es una metáfora de la moda, se recicla y se recicla”, afirmó el diseñador, tras la aplaudida pasarela presentada en el último día de la Semana de la moda de París, que concluye el miércoles tras nueve días de maratónicos desfiles.



El carrusel es “París, la primavera en los jardines de las Tullerías, una manera de ser ingenuo, sencillo”, agregó el modisto, cuyo nombre suena insistentemente desde hace semanas para reemplazar al talentoso creador británico John Galliano como director artístico de la casa Dior.

“Quise una colección suave, tranquila, tierna, femenina, aérea”, explicó Jacobs, que ofreció azules, verdes y rosas discretos, blancos con aroma de jardines primaverales, así como veraniegas flores y lunares, que adornaron vestidos leves, algunos de ellos acompañados con suaves capas, y conjuntos de falda y chaqueta.

Kate Moss, montada en un corcel y vestida con un modelo color blanco marfil, muy muy corto, sin mangas, decorado con flores y plumas de avestruz, fue el broche de oro de esta pasarela, que tradicionalmente se celebra en el último día de la Semana de la Moda de París.

Foto: REUTERS/Benoit Tessier

La Semana parisina, que arrancó el martes de la semana pasada, entre especulaciones de que Dior aprovecharía la ocasión para nombrar a su nuevo director creativo, tras el despido de Galliano por insultos racistas y antisemitas, se cierra sin ninguna novedad de esa casa, que desde hace siete meses está sin diseñador estrella.

Al cierre de la semana parisina, Jacobs -responsable de su propia marca al tiempo que dirige las colecciones de Vuitton, que pertenece al mismo grupo de lujo LVMH, propietario de la firma Christian Dior-, sigue perfilándose como el más posible sucesor de Galliano.

Foto: REUTERS/Benoit Tessier
Foto: REUTERS/Benoit Tessier
Foto: REUTERS/Benoit Tessier
Foto: REUTERS/Benoit Tessier
Foto: REUTERS/Benoit Tessier
Foto: REUTERS/Benoit Tessier
Foto: REUTERS/Benoit Tessier
Foto: REUTERS/Benoit Tessier

4 oct 2011

Primavera verano 2012

  • El vestido blanco. En todas versiones, la temporada próxima seguirá siendo un básico. A la rodilla y asimétrico, como propone Adolfo Domínguez; con cinturón metálico, como Juana Martín; cortísimo y con volúmenes origami, como AA de Amaya Arzuaga; deconstruido, como Lemoniez; en plan cabaretera western, como María Escoté; o, casual chic, como Sita Murt. El «little white dress» gana por goleada al clásico negro.

  • 2. Look tribal. Ya sea en la ciudad, en una fiesta o en la playa, todas buscaremos un toque exótico en nuestros estilismos. Martín Lamothe propone la versión más extrema, con cuernos de cerámica pegados a faldas y blusas, pero también hay opciones más suaves. Ion Fiz mostró una una colección tropical con la naturaleza como protagonista, y nos enamoramos de un mini vestido de yute, la tela de los sacos de café. Para las más atrevidas, Sara Coleman ha elaborado minivestidos de cesta trenzada.

    En la playa, el toque glamouroso corresponde a Andrés Sardá, que presentó una colección de bikinis y bañadores combinados con tocados de plumas, maxipendientes egipcios y vestidos vaporosos en plan «reina del desierto».

    La versión más urbana de esta tendencia la ofrecen Roberto Verino (con su «safari chic» cosmopolita) y Duyos (con sus pamelas XXL de rafia)

  • 3. Volarás con una capa. Juanjo Oliva, ganador del premio al mejor diseñador en esta 54 edición de la pasarela, ha sido el diseñador que mejor ha captado esta tandencia. No se trata de parecer una «superwoman» al rescate, sino de captar todas las miradas con vestidos súper fluidos y una capa que le dé movimiento.

  • 4. El escote... por detrás. Aunque el tradicional escote delantero sigue presente en casi todas las colecciones, nos hemos fijado en la espalda como un escote más sutil, fino y chic. Teresa Helbig capta a la perfección esta tendencia tan francesa, en mini vestidos súper cool pensados para pasear por la costa azul francesa.

  • 5. Vuelta a la inocencia. Se acabó lo de la mujer agresiva. La próxima temporada viene llena de flores (una versión de las «Liberty», como en Ana Locking), espíritu «college» (como las gafas de «empollona» de TCN), los detalles femeninos (como los lazos a la espalda en Lemoniez) y los colores suaves (como la paleta pálida de Teresa Helbig)

  • 6. El valor de los complementos. Ahí es donde las marcas hacen una importante parte de su negocio. Los diseñadores lo saben y por ello han subido a la pasarela multitud de accesorios que irán directos a las tiendas. Nos quedamos con las gafas «eye cat» en carey de Duyos, los bolsitos bicolores de mano de Devota&Lomba, los bolsos de Teresa Helbig o las carteras de Adolfo Domínguez.

  • 7. Adiós al negro. En épocas de dificultades (y más si las altas temperaturas acompañan) nuestro armario tiene que llenarse de colores optimistas. Así lo cree Davidelfín (con una colección de patchwork en el patronaje), o Hannibal Laguna: las noches de gala entierran también el negro.

  • Chanel submarino


    Caracolas, perlas, escamas, conchas, peces... Karl Lagerfeld ha convertido hoy el Grand Palais de París en un inmenso aquarium con una propuesta muy refrescante para la Primavera/Verano 2012 de Chanel.

    Mientras la británica Florence Welch actuaba en directo, hemos visto salir a la pasarela delicadas criaturas marinas, más perlas que sirenas, con vestidos en tono crema que recuerdan a la espuma del mar, trajes de tweed bordados con perlas, vestidos de lentejuelas irisadas, faldas de plumas de avestruz color aguamarina, blusas transparentes con forma de branquias... En definitiva, todo un universo acuático, con el sello exquisito que siempre marca Lagerfeld.

    Precisamente la atención a los detalles es lo que da coherencia a lahistoria que ha contado hoy el «kaiser» en París: una historia de hadas subacuáticas, vestidas en tonos blancos, pero también verdes, malvas, naranjas, azules, beiges o rosas pastel. Las modelos llevaban el pelo recogido en un pequeño «chignon» (un moño en la nuca, tipo bailarina) decorado con perlas y llevaban fabulosos pendientes que ascendían por el lóbulo de la oreja.

    Las grandes ocasiones seguirán siendo vaporosas en el verano Chanel 1012, con vestidos a la rodilla, de tirantes, estampados en tonos negros y rosas o bordados, dejando intuir siempre el uso de tejidos nobles con nuevos tipos de polyester, fibras de vidrio y nylon.

    Una colección aplaudida unánimemente por su belleza y ejecutada con perfección.

    Una vez más, el diseñador ha estado arropado por sus musas y embajadoras, siempre fieles. Una interminable fila de VIPs encantados de ver y dejarse ver en el desfile más chic de la semana de la moda parisina.

    2 oct 2011

    Google : 280 'doodles' al año


    "El logo de Google es sagrado... ¡excepto para nosotros!". A Ryan Germick se le escapa una carcajada al decirlo, pero se recompone enseguida. "Nos tomamos la diversión muy en serio", añade. Este ilustrador y diseñador de 31 años, amante del cómic, es la mente que hay detrás de una de las pequeñas sonrisas de Internet: las animaciones que disfrazan el nombre de Google en días de celebración. Los aniversarios del cantante Freddy Mercury (65) o del escritor Julio Verne (182), el descubrimiento de agua en la Luna..Son, en inglés, los doodles, bocetos, dibujos o garabatos, en castellano. La idea engancha en cualquier rincón del planeta, por su originalidad, por su ingenio, por ser lo más parecido a un regalo a primera hora, al encender el ordenador, sorber el café, abrir el navegador, y sorpresa. "Queremos hacer sonreír a la gente al menos 10 segundos al día", dice Germick en la sede de Google en Mountain View (California, EE UU). Y lo consiguen. Más de 700 millones de personas visitan el buscador a diario y comparten las animaciones.

    La maquinaria de producción de estas piezas virtuales de grafismo sorprende tanto como ellas mismas. Con Germick al timón, cinco doodlers, solo cinco, diseñan unos 280 dibujos al año, casi uno por día, aunque apenas unos cuantos se publican globalmente. La mayoría aparece en las páginas locales del buscador, conmemorando fiestas, artistas o científicos nacionales. La filosofía siempre es la misma: humanizar un logotipo y una caja de búsqueda que de tan minimalista puede llegar a aburrir. "Somos un equipo pequeño, pero el proceso es colaborativo, trabajamos con cientos de compañeros de Google en el mundo y recibimos miles de propuestas. Nos reunimos de vez en cuando, hacemos una lista de ideas y seleccionamos. Luego las consultamos con cada país para asegurarnos de que encaja con su cultura. Todo lo hacemos dentro".

    Son muy contados los dibujos que encargan a artistas externos, como al japonés Takashi Murakami, quien colgó flores y figuras orientales de las letras de Google el día del último solsticio de verano. O la animación de Ryan Woodward en el 117º aniversario de la coreógrafa Martha Graham, cuya figura bailó flotando de un lado a otro de la pantalla perfilando el logotipo.

    Esta es ahora la obsesión de Germick y su equipo, la animación, dejar a la gente jugar con el doodle, convertirlo en arte vivo pero efímero, una etapa que está produciendo diseños venerados. Uno de ellos se vio el 9 de junio por el 96º aniversario del guitarrista Les Paul: una guitarra cuyas cuerdas se acariciaban con el cursor del ratón o del teclado y permitía grabar melodías. Cientos de miles de personas subieron a YouTube sus composiciones. Fue tal el revuelo que un blog calculó una pérdida de productividad mundial valorada en 200 millones de euros.

    A Germick le ruedan los ojos de alegría al oír estas cosas. "Queremos que la gente se divierta. No siempre lo conseguimos, pero lo intentamos. Por eso hicimos algo parecido con las animaciones de Mercury, Verne y John Lennon, o con una de mis favoritas, la de Pac-Man".

    Ryan lideró esta última a comienzos de 2010. La idea surgió entre él y otro doodler, Marcin Wichary, adicto a los videojuegos retro. Programaron de madrugada las primeras versiones, se las mostraron a Marissa Mayer, volaron a Tokio para hablar con Namco, dueña de los derechos del comecocos, y meses después lanzaron el juego.

    "Quizás nos pasamos de frikis", recuerda entre risas. "Sustituimos el botón de voy a tener suerte por el de insertar moneda para comenzar la partida, pero ¡la gente no se daba cuenta!". Entonces decidieron que arrancara automáticamente.

    Son ya miles de doodles publicados desde 1998, cuando Sergey Brin y Larry Page tuvieron la idea. En el buscador trabajaban un puñado de entusiastas y los fundadores se tomaron unos días libres para ir al festival Burning Man en Nevada. Y tuvieron una ocurrencia: colgar un monigote en el logo de Google a modo de mensaje de "fuera de la oficina". Medio en broma, medio en serio. Pero gustó. Tanto, que le pidieron al webmaster Dennis Hwang encargarse de continuar. Lo hizo hasta 2008, cuando cedió el testigo a Germick.

    "Creo que jamás imaginaron que se convertiría en algo tan comentado", apunta. Antes, Germick diseñó decenas de proyectos, como el muñequito amarillo que arrastramos en Street View para transportarnos al callejero, o los emoticonos de Gmail. Hoy lleva más de 100 doodles a sus espaldas y pronto incorporará nuevos ilustradores al equipo.

    Reconoce que no habrían llegado a este punto sin la libertad y flexibilidad para crear. "Empezamos garabateando en una pizarra o en papel y luego pasamos a la pantalla, al dibujo digital. Pero utilizamos de todo. Un día podemos hacer un logo con una escultura de barro, otro filmamos un corto como el de Charles Chaplin y al siguiente pedimos al mejor programador que nos ayude con una animación 3D. No hay límites".

    Así han nacido doodles tan dispares como el tributo al pintor francés Paul Cézanne, un bodegón con jarrones y fruta que en realidad era una foto de un cuadro pintado al óleo por uno de los ilustradores, o la escultura web y en 3D en memoria del escultor estadounidense Alexander Calder. ¿Paga Google derechos por asociarse a estos artistas? "No, preguntamos primero a los dueños... pero no suelen poner pegas, todo lo contrario. Les encanta que se lo pidamos".

    Sobre los doodles que vienen, los que tiene guardados en la chistera, Germick mira a otro lado. Imposible desvelar nada, aunque promete igual o mayores dosis de sorpresa. "Google es como una escuela de frikis, aquí todo es posible con una máxima: mezclar arte y tecnología, dar un toque creativo y humano a Internet. Es lo que hacemos".



    via:Elpais.es