“Sucio”, opinó el Wall Street Journal sobre el festival de Woodstock en 1969
En el cénit de la nostalgia por el 40 aniversario de Woodstock, el diario The Wall Street Journal recordó a sus lectores que no todo el mundo había tenido un juicio positivo sobre el famoso festival de rock. “Vergonzoso o lamentable o ambos, pero en cualquier caso sucio”, señaló el 28 de agosto de 1969 un editorial del diario económico, publicado en ocasión del 40 aniversario del festival.
“No vamos a discutir sobre si el rock es una forma degenerada de música; a nosotros no nos gusta, pero poco importa”, dijo el Journal hace 40 años. Y añadió: “Considerando cómo es presentado el rock, debe ser ubicado un nivel inferior en la escala de la cultura”.
La publicación de este apasionado editorial muestra hasta qué punto los juicios cambiaron en lo que se refiere al festival realizado entre el 15 y el 18 de agosto de 1969 en Bethel, cerca de Nueva York. Hoy los medios de comunicación tratan el acontecimiento con un profundo respeto, casi con reverencia.
Documentales, entrevistas a artistas de la época, libros y un largometraje celebran el 40 aniversario. El Wall Street Journal del viernes dedicó incluso tres páginas enteras al acontecimiento.
Las cosas ciertamente le parecían más alarmantes al consejo editorial del Journal de la época cuando opinaba sobre la juventud de Woodstock, hoy identificada como la generación del “baby boom” . “Sería un país curioso si los sucios y más o menos siempre drogados con marihuana o LSD se hicieran cargo de muchas cosas” , señalaba el editorial de la época.
Jimmy Hendrix, fue una de las grandes estrellas de recordado festival, aquí, un video del talentoso guitarrista afroamericano tocando Purple Haze.
La repercusión de la campaña hizo que a la televisiva se sumaran en los últimos días unos spots radiofónicos y avisos gráficos que Missing Children distribuyó a los medios para que le brinden algún tipo de espacio de manera desinteresada. “Para la radio y la TV representa apenas 30 segundos de la tanda comercial, para los diarios algunos centímetros de papel, pero para nosotros el poder difundir las fotos significa estar más cerca de que los chiquitos se puedan reencontrar con su familia y el dolor deje paso a la felicidad”, reflexiona Grichener. Por su parte, desde Telefe le confirmaron a Página/12 que para fin de año realizarán tres películas para TV basadas en chicos perdidos en Argentina, en el mismo esquema de producción de Televisión por la identidad. Además, el canal pondrá próximamente al aire campañas sociales sobre el trabajo infantil y sobre la importancia de donar los órganos.
Como toda campaña social que apela a la solidaridad y al compromiso de la mayor cantidad de personas posible, el apoyo de los medios –tanto gráficos como radiales y televisivos– para difundir las fotos de los chicos es fundamental. Pero también existen otras instancias de difusión. “Es muy importante el apoyo de las empresas, que son muy solidarias con la causa. Desde que hace años comenzamos a difundir fotos en la factura de Edesur se fueron sumando otras empresas, como AySA, Arba, Telefónica, Claro, Tarjeta Naranja, y las fotos se difundieron también en envases de leche, newsletter empresariales internos, prospectos de medicamentos, manual de instrucciones: formas muy creativas de comunicación que se les ocurrieron a las mismas empresas”, reconoce la presidenta de la ONG, que sin apoyo estatal de ningún tipo se las arregla con una “oficina” ubicada en una cancha de fútbol (ver aparte). El spot de la campaña actual también se puede ver en SubTV y colectivos de larga distancia, mientras que las fotografías de los chicos perdidos son difundidas por empresas de colectivos y camiones.
Muchas veces proclamada, escasamente realizada, la TV demostró esta semana que puede servir como medio de comunicación social si los dueños de los canales y los programadores dejan de lado la lógica comercial por unos segundos. Tres familias pudieron reencontrarse gracias a la ayuda de la pantalla chica. Muchas otras esperan que la TV les dé algo más que “productos televisivos” para vender y sumar audiencia. Con un poco de humanidad se conforman.
En la Argentina se publican alrededor de 20.000 títulos por año, unos 1650 por mes. Una cifra desmesurada si se tiene en cuenta que un muy buen lector compra uno o dos libros cada 30 días. Pero todo tiene una razón: cuantos más títulos ofrece una editorial, más amplio es el espectro de venta, aunque pocos volúmenes se conviertan en best sellers o, casi milagrosamente, en long sellers.
Para los libreros, hay dos cuestiones clave para armar una vidriera: el libro en sí (el título, el autor) y el cliente. A partir de allí, cada uno aplica su oficio y su experiencia de acuerdo incluso con la ubicación del local.
argentino,historiador e investigador del conicet. profesor de la UBA. Doctor en Historia por la Universidad de Londres. Ha sido investigador invitado en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas, Francia. Su último libro es "Historia de la clase media argentina. Apogeo y decadencia de una ilusión, 1919-2003" (Planeta, 2009).
Para Adamovsky "hay un eje de la identidad de clase media que es el étnico. Y así como por omisión la clase media fue antiperonista, por omisión la clase media argentina es blanca; es decir, se considera como descendiente de inmigrantes europeos. Y acá esa identidad se armó por oposición implícita, pero muchas veces explícita, con el bajo pueblo al que se consideraba negro o criollo, cabecita negra. De modo que se armó una cierta combinación de modos de distinción propiamente de clase, con modos de distinción que pasan por rasgos étnicos. Y está muy presente en toda la historia de la identidad de clase media el orgullo de ser blanco, y se diga o no, por no ser negro, por no ser como la clase baja.
Esto no empezó con el peronismo. Los conservadores le decían a Yrigoyen que era un cacique de los negritos. Y en la época de las montoneras, en el siglo XlX, ya se empleaban expresiones despectivas".
Adamovsky no se refiere a personas concretas sino a la identidad de clase media. Y para él, "los sectores medios no actúan políticamente como bloque, son muy distintos unos de otros, y sus actitudes no son mucho mejores ni mucho peores que las de la clase baja. Pero me parece que es necesario discutir esa identidad de clase media justamente por su componente tan antiplebeyo con el que nació, porque esto, en términos políticos, impide la solidaridad entre sectores medios y sectores bajos. Y en esa fragmentación, o en esa imposibilidad de lazos de solidaridad, es donde avanzan proyectos políticos que representan intereses de las clases altas".
En Internet hay contenidos para todos los gustos y de todos los tamaños. Tomada esta expresión en términos de calidad y cantidad de presencia en la red, ¿por qué, entonces, si hay tanta supuesta pluralidad, molesta tanto que una mujer tenga la suficiente relevancia como para hacerle una campaña en su contra allí donde ella no para de aparecer? Más allá de sus méritos, de sus condiciones y de sus razones para estar o no en la web, la campaña contra la actriz estadounidense Megan Fox, llamada Un día sin Megan e iniciada por sitios para hombres y/o especializados en espectáculos se basa en la supuesta saturación que la estrella provocó en Internet. La web responsable de la –hay que decirlo– tonta campaña es la de variedades www.asylum.com. Pero hay un detalle en toda esta historia: a quienes escriben la mayoría de los blogs que trataron el tema no se les escapa que la “saturación” llegó inmediatamente después de las declaraciones de la actriz, en el sentido de que no tener dudas en su cabeza acerca de su bisexualidad o que “la etiqueta de maciza (sexual) me da poder”, aclarando, por si hiciera falta, que quiere “que las mujeres se den cuenta, que se les diga a las niñas que está bien ser sexy, que no le debemos tener miedo a nuestra vagina”. Enunciados potentes para apenas una sex symbol, ¿no? El apagón cibernético se produjo el martes 4 de agosto y, según la enorme cantidad de blogs que colgaron las fotos de la estrella y hablaron del tema, más que apagón debería haberse denominado encendido. El sitio Enews (www.eonline.com), principal contrario a la campaña, denominó la fecha como el “día nacional de Megan Fox”. Para leer sobre el tema, el humorístico post de Atanor (www.atanorblog.wordpress.com) con fecha 4 de agosto, el post de Mazcue (www.mazcue.com.ar) haciéndose eco de que Megan Fox sería transexual (post Megan Fox es varón) y una chorrera de sitios que aparecen añadiendo en los buscadores a Megan Fox la palabra boicot o Un día sin Megan. Dos tips para pensar: Las mujeres aún seguimos utilizando la web para resolver problemas prácticos, más que como lugar de esparcimiento y relax. Para leer sobre género en Internet está el post de Género, salud y comunicación (www.saludycomunicacion.wordpress.com) del 3 de junio de este año. Y otra reflexión blogueril leída en estos días: si a Megan Fox, bella, cool y –salvo por sus declaraciones chisporroteantes– políticamente correcta, qué les podrá deparar la web –en términos de boicot– al resto de las mortales?
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