Uno de los empresarios más famosos de la industria discográfica, Allen Klein, reconocido por ser manager de los Rolling Stones y de los Beatles en la etapa inmediatamente anterior a su disolución, falleció en Nueva York a los 77 años de edad tras una larga lucha contra el Alzheimer.
Durante sus más de 50 años de carrera, esta destacada figura en la sombra de la música, nacido en Nueva Jersey, se ganó la reputación de astuto e influyente. Fue muy criticado por muchos, pero también logró importantes concesiones de las discográficas que hicieron ricos a sus clientes. "No me hables de ética. Todos van a lo suyo. Es como una guerra. Eliges tu bando al principio y a partir de ese momento empiezan a dispararte. Aquel a quien derrotes será quien te acuse de falta de ética", afirmó en una entrevista concedida a la revista Playboy en 1971. Ni siquiera la condena a dos meses de prisión por evasión fiscal en 1979 dañó significtivamente su prestigio.
Su empresa, ABKCO Music & Records, es uno de los sellos independientes más importantes de una industria controlada por las multinacionales. Entre los activos de la empresa, que queda en manos de sus hijos, están grabaciones de los Rolling Stones, de los Animals y los Kinks.
Relaciones tormentosas
En el comienzo de su carrera se centró en el cobro de royalties que las discogáficas escatimaban a clientes como Bobby Darin o Connie Francis, pero su primer gran representado fue la estrella del soul Sam Cooke, para el que negoció en 1963 un jugoso contrato que además le permitiría controlar como pocos su propio repertorio. Dos años después, tras gestionar parte de la Invasión Británica en Estados Unidos, fue contratado por los Rolling Stones, para los que renegoció su contrato. Entre 1965 y 1970 representó a Sus Satánicas Majestades, quedándose con el 20% de sus ingresos. Tras estos años los Stones quisieron deshacerse de él, pero esto solo sería posible cediéndole los derechos de las grabaciones originales de canciones que ya son himnos como (I Can't Get No) Satisfaction o Jumpin' Jack Flash.
Tras los Rolling Klein puso sus ojos en los Beatles, el otro gran grupo británico de la época. A principios de 1969 ya había convencido a John Lennon y poco después George Harrison y Ringo Starr también apoyaron su contratación, pero Paul McCartney se negó rotundamente por preferir como representante a su suegro, el abogado de Nueva York Lee Eastman.
Tras una serie de complejas maniobras Klein logró el sí del cuarteto de Liverpool, pero no consiguió hacerse con los derechos de sus canciones, algo que logró finalmente Michael Jackson 16 años después. Klein negoció en 1970 un nuevo contrato para los Beatles, pero las relaciones dentro del grupo fueron deteriorándose hasta su disolución en ese mismo año.
Al igual que con los Rolling Stones, Allen Klein acabó su relación con el cuarteto de Liverpool en los tribunales y algunos de los seguidores de los Beatles apuntan a Klein como una de las causas que contribuyeron a las tensiones que llevaron a Paul McCartney, Ringo Starr, George Harrison y John Lennon a separarse. No obstante, posteriormente, Klein siguió trabajando con Lennon y Yoko Ono, y ayudó a Harrison a organizar su Concierto por Bangladesh para recaudar fondos para UNICEF.
Klein, casado y con tres hijos, será enterrado el próximo martes en Nueva York.
Durante sus más de 50 años de carrera, esta destacada figura en la sombra de la música, nacido en Nueva Jersey, se ganó la reputación de astuto e influyente. Fue muy criticado por muchos, pero también logró importantes concesiones de las discográficas que hicieron ricos a sus clientes. "No me hables de ética. Todos van a lo suyo. Es como una guerra. Eliges tu bando al principio y a partir de ese momento empiezan a dispararte. Aquel a quien derrotes será quien te acuse de falta de ética", afirmó en una entrevista concedida a la revista Playboy en 1971. Ni siquiera la condena a dos meses de prisión por evasión fiscal en 1979 dañó significtivamente su prestigio.
Su empresa, ABKCO Music & Records, es uno de los sellos independientes más importantes de una industria controlada por las multinacionales. Entre los activos de la empresa, que queda en manos de sus hijos, están grabaciones de los Rolling Stones, de los Animals y los Kinks.
Relaciones tormentosas
En el comienzo de su carrera se centró en el cobro de royalties que las discogáficas escatimaban a clientes como Bobby Darin o Connie Francis, pero su primer gran representado fue la estrella del soul Sam Cooke, para el que negoció en 1963 un jugoso contrato que además le permitiría controlar como pocos su propio repertorio. Dos años después, tras gestionar parte de la Invasión Británica en Estados Unidos, fue contratado por los Rolling Stones, para los que renegoció su contrato. Entre 1965 y 1970 representó a Sus Satánicas Majestades, quedándose con el 20% de sus ingresos. Tras estos años los Stones quisieron deshacerse de él, pero esto solo sería posible cediéndole los derechos de las grabaciones originales de canciones que ya son himnos como (I Can't Get No) Satisfaction o Jumpin' Jack Flash.
Tras los Rolling Klein puso sus ojos en los Beatles, el otro gran grupo británico de la época. A principios de 1969 ya había convencido a John Lennon y poco después George Harrison y Ringo Starr también apoyaron su contratación, pero Paul McCartney se negó rotundamente por preferir como representante a su suegro, el abogado de Nueva York Lee Eastman.
Tras una serie de complejas maniobras Klein logró el sí del cuarteto de Liverpool, pero no consiguió hacerse con los derechos de sus canciones, algo que logró finalmente Michael Jackson 16 años después. Klein negoció en 1970 un nuevo contrato para los Beatles, pero las relaciones dentro del grupo fueron deteriorándose hasta su disolución en ese mismo año.
Al igual que con los Rolling Stones, Allen Klein acabó su relación con el cuarteto de Liverpool en los tribunales y algunos de los seguidores de los Beatles apuntan a Klein como una de las causas que contribuyeron a las tensiones que llevaron a Paul McCartney, Ringo Starr, George Harrison y John Lennon a separarse. No obstante, posteriormente, Klein siguió trabajando con Lennon y Yoko Ono, y ayudó a Harrison a organizar su Concierto por Bangladesh para recaudar fondos para UNICEF.
Klein, casado y con tres hijos, será enterrado el próximo martes en Nueva York.
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