23 ago 2009

Juan José Campanella

Cuando sale algo escrito que no te gusta, te duele. A nadie le gusta que hablen mal de uno en público. Negar esto es una tontería, pero también es humano recibir ochocientas críticas buenas y no dormir en toda la noche por haber leído la única mala. Mis películas, en general, han sido bien tratadas por la crítica.
De hecho, El hijo de la novia es la película que más Cóndor de Plata ganó; es el premio que ofrece la crítica. Hay un sector que me viene dando con un caño desde El mismo amor, la misma lluvia.
Hace unos años hubo una crítica del periodista Quintín en la revista El Amante que me resultó muy curiosa. Él analizó en un montón de puntos a El hijo de la novia. Quiso abrir un debate.
Yo pensé: "¿Qué debate? Si yo estoy de acuerdo con todo lo que él dice sobre la película".
Solo que todo lo que a mí me parecía bien, a él le parecía mal.
De mi cine se han dicho muchas cosas. También dijeron que la traición entre amigos es un rasgo común, ¿no era que mis películas estaban llenas de gente noña?
Ninguno de los protagonistas de mis películas es gente buena. A veces la crítica es muy superficial en los análisis. Ahora se da que muchos críticos que castigaron mis películas anteriores, están hablando maravillas de El secreto de sus ojos.
Yo les agradezco, para mí la crítica tiene una función importantísima: la de llevar gente al cine, pero no estoy de acuerdo con que digan que ahora mi cine es más maduro que el de antes.
Soy el mismo director de El hijo de la novia.
Critica Digital :Nota completa

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