Con un colorido desfile, unos 800 payasos provenientes de varias naciones del continente marcharon alrededor del Monumento a la Revolución, como acto de clausura de la XIV Convención Internacional de Payasos realizada en la Ciudad de México, ofreciendo sus carcajadas como la mejor terapia contra la tristeza, los problemas y el estrés.
Poniendo a prueba la eficacia de su terapia, los payasos utilizaron la risa y no la protesta para pedir a las autoridades mexicanas la creación de una escuela de esta profesión, así como mayor dignidad a su manera de hacer arte, informó La Jornada.
Vestidos al estilo punk o como bebés, con atuendos multicolores y vistosos sombreros además de gigantescos zapatos, imitando a Súperman o incluso a Michael Jackson, payasos de Perú, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice, Nicaragua, República Dominicana, México y Estados Unidos asistieron a diversas conferencias y talleres sobre vestuario, globoflexia y pintura facial en el encuentro realizado entre el 19 y 22 de octubre. Incluso estuvo presente Adela Peralta, quien a sus 80 años continúa encarnando a su payasa, Triqui Triqui, relató El Informador.
"Vamos a dar risotadas durante cinco minutos, es como un primer ensayo porque en 2010 vamos a buscar 10 minutos de risas para marcar un récord Guinness", dijo a AFP el portavoz de los payasos, Jaime Segovia, "Pingo", durante la marcha.
El objetivo principal del encuentro fue lograr la integración de los payasos en los circuitos culturales y actualizarse en cuanto a técnicas escénicas, indicó La Jornada. Otro de los propósitos de esta convención, igualmente serio, fue exigir respeto para los payasos como artistas escénicos de carrera que están al mismo nivel de cualquier autor teatral o dramático.
"El payaso debe ser revalorado como artista escénico de alto nivel, que lo mismo maneja técnicas teatrales, malabares, canto, baile, como un entretenimiento inmerso en un estricto código de ética", dijo Tomás Morales Lozada, que personifica al mimo "Llantom". Según El Informador, Morales agregó que en América Latina no existe una escuela de payasos formal, por lo tanto, la formación de todos es ecléctica, lo que permite una gran riqueza de estilos.
Este año, la organización estuvo a cargo de "Llantom" y Ricardo Morales Sánchez, "Llantim", y tuvo como sedes el teatro Venustiano Carranza, el Jiménez Rueda y el Hotel Plaza Madrid, ubicados en la Ciudad de México, indicó La Jornada.
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