27 sept 2009

57º Festival de San Sebastián

"Recuerdo determinados festivales por haber sido privilegiado testigo de una película que te remueve el alma, que te provoca esa infrecuente revelación de que has conocido una obra maestra, algo que conecta a niveles superiores con tu sensibilidad, con tu comprensión y con tu inteligencia. He visto en este festival cómo irresponsables, o miopes, o mezquinamente estratégicos jurados, en los que supones debido a su arte individual que poseen una notable capacidad para valorar lo incontestablemente bueno, se pasan por sus arrogantes genitales películas maravillosas tituladas Muerte entre las flores y Promesas del Este. Porque el progresismo del jurado deduce que el internacional talento de sus autores y de los protagonistas no necesita el aval de un galardón, porque hay que tirarse el infame e inútil rollo premiando lo exótico, lo diferente, lo radical, lo inestrenable.
No es el caso de esta edición. Han premiado la película china Ciudad de vida y muerte, una gran producción que tiene el aliento, la complejidad, la fuerza visual, el emotivo retrato de personajes, la capacidad para estremecer al espectador con lo que ocurre en una conquistada ciudad china en la que todo está permitido para los depredadores invasores japoneses, en la que te cuentan con expresividad, lucidez y sentimiento la angustia de los que intentan sobrevivir al estratégico holocausto pero también el tormento, las contradicciones, la humanidad y el sentido de culpa de algunos ganadores a los que el ardor guerrero y la permisividad de que todo vale con el vencido no acaban de convencerles. Te admira la capacidad del director Lu Chuan para hablarte con imágenes tan potentes, con intensidad, épica, veracidad, ferocidad, lirismo y sentimiento de tantas historias individuales en medio de una tragedia colectiva. "
"Irreprochable Concha de Oro al Spielberg chino

No hay comentarios: